jueves, 19 de febrero de 2015

y tú, ¿te atreves a vivir tu misión?

-          -          ¿Cuál es tu misión en esta vida?
-          No sé
-          ¿Por qué no sabes?
-          No sé!
-          Tú misión es ser feliz!
-          Y acaso esa no es la misión de todo el mundo?



Un fragmento del diálogo con mi hijo adolescente que me hizo reflexionar. ¿Acaso no es la misión de todos ser feliz? Estoy convencida que así es, venimos a esta experiencia de vida a ser felices, imagino que Dios en un susurro nos lo explicó antes de nacer, incluso creo que nos dijo que contábamos con todos los recursos necesarios para cumplir con esa misión especial, luego empezamos a vivir (o acaso empezamos a dormir en un sueño diferente) y se nos olvidó todo lo que escuchamos. Cuando despertamos la conciencia entendemos que no hay nada más valioso que hacer lo que amas y así empiezas a cumplir con tu misión, es entonces cuando experimentas libertad para ser. 

Hace poco revisé mi misión de vida, le hice ajustes, la perfeccioné; ese proceso además de entusiasmarme, me dio la posibilidad y el impulso para tomar decisiones en mi vida, decisiones que quizá algunos no entendieron o aún no entienden: ¿cómo se puede dejar la seguridad de un trabajo en el que además ya cumplía 23 años de permanencia? Y es que precisamente, al revisar mi misión me di cuenta que lo que hacía no me permitía cumplirla, sentía que me alejaba de ella y estaba perdiendo mi esencia. Hoy estoy viviendo un nuevo despertar, aprendiendo cosas nuevas, viviendo experiencias maravillosas porque alimenté mi misión y ella a su vez me alimentó a mí dándome nuevas motivaciones e impulso. Por eso te invito a revisar tu misión y si aún no la tienes clara o nunca has pensado en ella, pregúntate: ¿Para qué estás aquí? ¿Por qué existes? Escribe las respuestas que vengan a tu mente, luego, en otro momento, revisa, corrige tu misión hasta que quedes satisfecho con ella sintiendo que refleja tu esencia, que refleja tu ser. 

¡Atrévete a vivir tu misión!