Hoy vamos con el segundo paso en el camino hacia tus sueños: ESPERAR LA RESPUESTA, que para mí no es otra cosa que tener FE y confiar en que lo que has pedido será concedido, porque ten la plena certeza que todas tus peticiones son escuchadas por el Universo, por Dios, por ese Yo Superior que habita en ti, en mí, en todos.
¿Qué es la fe? En la Biblia, en Hebreos 11:1, se define la fe así: "Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve". Napoleón Hill, en su libro Piense y hágase rico, afirma que "la fe es un estado mental que se puede incrementar a conciencia". De acuerdo a Neville Goddard, "¡La fe es lealtad a la realidad no vista! Sólo en este sentido puede el significado de la fe ser entendido. Si tú tienes una meta, aunque no sea vista, ya existe".
¿Podemos aumentar nuestra fe, nuestra capacidad de creer y esperar? Es aquí donde se plantea nuestro reto: crecer en la fe. Te preguntarás: ¿Cómo aumentar la fe?. Algunos te dirán: eso es muy sencillo (y a lo mejor sí), sin embargo a mí me costó un tanto entender eso de "abandonar tu carga y dejársela todo a Dios", lo cual no resulta tan sencillo cuando esperas con ansias que se den las cosas para solucionar una situación específica, por ejemplo, y, es entonces, cuando aparece la otra cara de la moneda: el temor y te empiezan a ganar los pensamientos negativos que hacen que te desconectes de la Fuente y no vibres en armonía con ella para que los resultados se den a tu favor. He aquí un ejercicio que te puede ayudar a incrementar tu fe: repetir afirmaciones positivas. Sí, cada vez que el temor se apodere de ti a través de los pensamientos negativos, reemplázalos por otros que te proporcionen seguridad y confianza.
Ahora ya lo sabes: si deseas algo y temes no obtenerlo, pues no lo tendrás.
¿Podemos aumentar nuestra fe, nuestra capacidad de creer y esperar? Es aquí donde se plantea nuestro reto: crecer en la fe. Te preguntarás: ¿Cómo aumentar la fe?. Algunos te dirán: eso es muy sencillo (y a lo mejor sí), sin embargo a mí me costó un tanto entender eso de "abandonar tu carga y dejársela todo a Dios", lo cual no resulta tan sencillo cuando esperas con ansias que se den las cosas para solucionar una situación específica, por ejemplo, y, es entonces, cuando aparece la otra cara de la moneda: el temor y te empiezan a ganar los pensamientos negativos que hacen que te desconectes de la Fuente y no vibres en armonía con ella para que los resultados se den a tu favor. He aquí un ejercicio que te puede ayudar a incrementar tu fe: repetir afirmaciones positivas. Sí, cada vez que el temor se apodere de ti a través de los pensamientos negativos, reemplázalos por otros que te proporcionen seguridad y confianza.
Ahora ya lo sabes: si deseas algo y temes no obtenerlo, pues no lo tendrás.
Te dejo con esta frase que alguna vez leí y que aplica perfectamente para el tema que nos convoca: "Digamos adiós y dejemos actuar a Dios".
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